Antigua Grecia

Deméter y Perséfone

Hoy nos adentramos en las salas del British Museum para conocer una pequeña figura de terracota que evoca la unión carnal y fraternal del amor femenino entre una madre y su hija.

La pieza mostrada hoy nos permite conocer cómo el simbolismo en la mitología de la Grecia Clásica bajo la forma de Deméter y Perséfone (Ceres y Praserpina en sus homólogas romanas) perdura inmaculada hasta nuestros días. 

Estas figuras eran comunes en aquellos tiempos y tenían una doble función. Por un lado servir como ofrenda religiosa a los dioses que veneraban y por otra la de soportar un uso ornamental derivada de su riqueza artística. 

Esta escultura policromada nos posibilita contemplar, 21 siglos después de ser creada por las manos del artista, la forma y estilo de vida tan interesantes de la Antigua Grecia, que se puede observar a través de las ricas telas, vestimentas y peinados de sus protagonistas.

La figura está datada en torno al año 100 a.C. y fue encontrada durante unas excavaciones en la actual ciudad turca de Myrina.

Narra la mitología griega que una mañana mientras Perséfone paseaba por el campo fue raptada por el Dios del Inframundo, Hades, quien se la llevó a sus territorios subterráneos. Esperando su regreso, su madre, Deméter, diosa de la fertilidad, de la agricultura y de la tierra y que actuaba como protectora de cosechas y cultivos, no pudo soportar su no llegada y salió a buscarla quedando las tierras marchitas ante su ausencia.

Llegada tal desgracia a los oídos de Zeus, que no podía ver sufrir a su hija Deméter, ni tampoco permitir la pérdida de las cosechas obligó a Hades a devolver a la joven a su madre. Pero, éste, por medio de un ardid consiguió engañar a Perséfone para que comiera un fruto del inframundo (condición por la que no podía abandonar esos oscuros territorios).

Ante tal circunstancia, Zeus no pudo afianzar su poder ante Hades ya que no podía doblegarlo en su terreno. Tras intensos tira y aflojas, finalmente acordaron salomónicamente compartir a la joven 6 meses en la superficie terrestre y otros 6 en el inframundo.

Al ver aparecer a Perséfone regresando a casa, Deméter se llenó de alegría, volviendo a florecer los campos y a dar cosechas y frutos las tierras de labranza. Estos seis meses son conocidos como primavera y verano, mientras que los otros seis en los que la joven vuelve al inframundo son el otoño y el invierno, en que Deméter se entristece al no poder disfrutar del amor hacia su hija.

Desde estas líneas os animamos a que lo descubráis. Esperamos que lo disfrutéis, al menos, tanto como nosotros.

Nos vemos en un próximo rincón. Un saludo desde estas líneas.

Localización:

Nota: Todas las fotos que ilustran este reportaje fueron realizadas por mí en octubre de 2018.

PD.: Como blog viajero y, en cierto modo también comunicativo, me limito a realizar una labor divulgativa y desinteresada de aquellos aspectos que me parecen atractivos en este mundo que me rodea. A través de los artículos publicados, en donde expreso mis inquietudes y reflexiones, pretendo aportar una experiencia que pueda ser válida para quienes puedan seguirme e interesarse por alguna de las temáticas tratadas. Os agradezco vuestros comentarios pues así podremos compartir conocimientos y enriquecernos mutuamente lo cual redundará en un beneficio para todos los lectores.

©Joan Oliveras. Todos los derechos reservados.

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