
Hoy nos vamos a acercar al Parc Nou, un parque público urbano situado en El Prat de Llobregat (municipio situado a pocos kilómetros de Barcelona), donde pasaremos un agradable día de picnic familiar disfrutando de un interesante entorno natural.
Ubicado en los terrenos que se encuentran entre el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat y el barrio de San Cosme, el parque se erige sobre lo que había sido un fértil espacio agrícola caído en desgracia al convertirse en un inmenso vertedero surgido a la sombra de la construcción del barrio de San Cosme. En consecuencia el lugar, abandonado, quedó a merced de las miles de ratas que por él pululaban convirtiendo el lugar en un grave foco de infecciones y enfermedades.
Hartos de estos males y con el propósito de lavar la imagen que esa parte de la ciudad daba a quienes pasaban por el lugar, la administración tomó cartas en el asunto y en 1982 se concretó realizar su urbanización mediante la construcción de un gran parque para uso y disfrute vecinal. Al año siguiente se iniciaron las obras de la que actualmente es la zona central del mismo ocupada por una chopera. La zona perimetral de la pineda no se construiría hasta 1991. Finalmente, en 1995 adquirió su actual extensión y forma triangular siendo dotado a partir de entonces con diferentes servicios emplazados en aunar esfuerzos para fomentar y mostrar la biodiversidad del parque a sus visitantes.
Al lugar se accede fácilmente a través del paseo con plátanos que bordea el parque por el lado del barrio de San Cosme, donde hay facilidad para aparcar nuestro vehículo. Otra forma de acceder es usando el metro que llega hasta allí a través de la estación del mismo nombre, la del Parc Nou, correspondiente a la línea L9 Sur del suburbano barcelonés.

Aprovechando su libre acceso, en los terrenos donde se levanta la pineda se emplazan mesas y bancadas de picnic. Bajo las sombras de los pinos discurre un aire pródigo en perfumes botánicos y llena de agradecida frescura en estos días calurosos de verano. Diferentes caminos abarcan la zona permitiendo el desplazamiento de los visitantes sin necesidad de pisar las alfombras de césped que se levantan en derredor.

En el centro del parque destacan el canal con varios puentes que lo cruzan cuyas aguas van a verterse en un estanque que da paso a una plaza abierta sin arboleda. La humedad que se crea revitaliza la vida arbórea de la chopera que lo envuelve.

Entre los chopos, diferentes espacios habilitados para juegos infantiles permiten a los niños disfrutar del espacio bajo la atenta mirada de sus padres.
En una de las esquinas del parque nos encontramos un circuito de educación vial para los más pequeños donde a través del juego desarrollan una interesante práctica instructiva. Aquí, ilusionados, las criaturas disfrutan mientras ejercen de futuros conductores montados sobre sus bicicletas, sus patinetes u otros diversos artilugios móviles circulando sobre las calles marcadas en el suelo, haciendo paradas, cediendo el paso o rodando por el recinto haciendo caso (o no) de las señales de tráfico que se encuentran ubicadas a lo largo del recorrido cerrado.
Junto a este rincón se encuentra el espacio de la “Jugatecambiental” que nos emplaza por medio del juego y de la exploración al descubrimiento del medio ambiente que nos rodea a través de la realización de diferentes actividades y talleres destinados al público familiar que nos muestra todo un compendio de biodiversidad.
Los perros también son bienvenidos en un gran corre-can donde nuestras mascotas perrunas pueden correr y socializarse junto a otros canes. Fuera del recinto, claro está, deben ir convenientemente atados.

Pero no solo hay distracción y juego para los menores. Los jóvenes y mayores también pueden disfrutar de las instalaciones deportivas existentes que proveen de interesantes momentos lúdicos: fútbol, balonmano, baloncesto o tenis de mesa son opciones a desarrollar por ellos, además de facilitarnos el entrenamiento personal por medio de un circuito deportivo que rodea el perímetro interior del parque.
Y, si por si todo ello fuera poco, el lugar dispone de una pequeña cafetería y un restaurante. Además, diferentes lavabos públicos repartidos a lo largo de su amplia extensión facilitan el hacer nuestras necesidades más básicas en condiciones saludables.

Para los amantes de la botánica hay distribuidos por el parque diferentes especies arbóreas que podremos ir descubriendo siguiendo el itinerario botánico existente. Así podremos descubrir especies como el tilo (en la imagen), el árbol del paraíso, la acacia de madera negra o el álamo blanco, sólo por citar algunas de las especies que se encuentran presentes en este pequeño paraíso.

Una vez concluida nuestra visita y después de haber disfrutado del entorno nos disponemos a hincar el diente a la comida que hemos traído en nuestras mochilas en una de las mesas para picnic dispuestas en nuestro trayecto por el parque.
Desde estas líneas os animamos a que lo descubráis. Esperamos que lo disfrutéis, al menos, tanto como nosotros.
Nos vemos en un próximo rincón. Un saludo desde estas líneas.
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Nota: Todas las fotos que ilustran este reportaje fueron realizadas por mí en agosto de 2019.
PD.: Como blog viajero y, en cierto modo también comunicativo, me limito a realizar una labor divulgativa y desinteresada de aquellos aspectos que me parecen atractivos en este mundo que me rodea. A través de los artículos publicados, en donde expreso mis inquietudes y reflexiones, pretendo aportar una experiencia que pueda ser válida para quienes puedan seguirme e interesarse por alguna de las temáticas tratadas. Os agradezco vuestros comentarios pues así podremos compartir conocimientos y enriquecernos mutuamente lo cual redundará en un beneficio para todos los lectores.
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