Aranyó

El aeródromo de l’Aranyó

Bocas de acceso al refugio antiaéreo.

Hoy nos vamos a desplazar hasta las tierras de la Segarra (comarca de la provincia de Lleida, España) para conocer los restos del que fuera aeródromo militar de l’Aranyó (también conocido como aeródromo de Cervera). Se encuentra localizado entre las poblaciones de Hostafrancs y Concabella, en el punto kilométrico 8 de la carretera L-303 que une las poblaciones de Cervera y Agramunt. Su acceso señalizado nos acerca a un minúsculo aparcamiento donde estacionamos nuestro vehículo.

Este campo de aviación fue construido en 1937, aprovechando la llana orografía de estas tierras de secano. Formaba parte de la extensa red de pequeños aeródromos que dotaban de apoyo logístico a las fuerzas aéreas del Ejército Republicano durante el conflicto de la Guerra Civil Española.

Esa práctica dispersiva de instalaciones era habitual en los ejércitos ya que beneficiaba al defensor frente a un ataque enemigo al minimizar las potenciales pérdidas de aeronaves ante un bombardeo. 

En estas tierras de secano se localizaban las pistas de aterrizaje.

Esta instalación aeroportuaria poseía unas dimensiones interesantes al disponer de tres largas pistas operativas que se cruzaban en su parte central con unas longitudes que variaban en función de su orientación: la que iba de este a oeste poseía 1.050 metros de longitud. La de Noreste a Suroeste tenía 835 metros y la de Noroeste a Suroeste era de 1.000 metros. De esta forma podía operar bajo casi cualquier configuración de vuelo. 

Y esta es una de aquellas curiosidades que más nos sorprenden de este lugar, pues a pesar de disponer de tal descomunal infraestructura el enclave apenas tuvo relevancia en su corta existencia militar. Además, el rastro de esas pistas ya se perdió hace años al ser estas tierras reconvertidas a su uso anterior como campos de labranza.

Lo que más nos llama la atención son las dos bocas que dan acceso al refugio antiaéreo que se esconde bajo tierra. Es la única instalación del recinto que se conserva en pie ya que estos accesos sufrieron una consolidación y restauración hace pocos años. De ellas parten sendas escaleras que penetran en el subsuelo hasta alcanzar los 9 metros de profundidad que dan acceso a un único largo corredor donde podían llegar a resguardarse hasta 130 personas ante un eventual ataque aéreo enemigo.

Acceso al corredor subterráneo inundado.

No nos es posible acceder a este refugio al estar inundado. Suponemos que este hecho es premeditado con la intención de preservar el lugar frente a posibles intrusos con afán destructivo. 

El lugar también lo conformaban tres pequeños edificios en su lado sur: los dormitorios, el comedor y unas oficinas que se encuentran totalmente demolidos y de los que sólo podemos apreciar sus restos.

Planta rectangular de los dormitorios.

De los dormitorios, de planta rectangular, todavía podemos observar el perímetro que albergaba y los restos de una chimenea ubicada en el centro del espacio. 

Espacio que albergaba la cocina. Se pueden apreciar los restos de los fogones.

El edificio que comprendía el comedor y la cocina se divide en diferentes estancias: el comedor propiamente dicho albergaba el espacio principal. Todavía se observan en dos de sus esquinas los restos de sendas chimeneas usadas para calentar la estancia en el frío ambiente invernal. Separada por una pared se encontraba la cocina, donde todavía se mantienen los restos de tres fogones y de un fregadero. Junto a ella se encontraba la despensa. Detrás de este edificio se encontraba la zona de los servicios, formados por seis duchas, cinco lavabos y cinco letrinas aún visibles.

Restos del edificio donde se alojaban las oficinas.

También paseamos junto a los restos de lo que fue el edificio de las oficinas intentando hacernos una composición de lugar en un ejercicio de imaginación regresiva. 

Restos del depósito de agua.

También existía una estación radiotelegráfica, ya desaparecida. Entre el edificio del comedor y el de los dormitorios podemos ubicar los restos del depósito de agua.

En aquellos años de contienda el aeródromo estaba provisto de diferentes trincheras desde las que se podían ejercer una cierta defensa antiaérea. 

También cabe mencionar que un tanto alejado del campo de vuelo se encontraba el polvorín.

El lugar fue abandonado poco antes de su ocupación por tropas franquistas el 20 de enero de 1939 en su avance ofensivo sobre Cataluña.

Desde estas líneas os animamos a que lo descubráis. Esperamos que lo disfrutéis, al menos, tanto como nosotros.

Nos vemos en un próximo rincón. Un saludo desde estas líneas.

Localización:

Nota: Todas las fotos que ilustran este reportaje fueron realizadas por mí en febrero de 2019.

PD.: Como blog viajero y, en cierto modo también comunicativo, me limito a realizar una labor divulgativa y desinteresada de aquellos aspectos que me parecen atractivos en este mundo que me rodea. A través de los artículos publicados, en donde expreso mis inquietudes y reflexiones, pretendo aportar una experiencia que pueda ser válida para quienes puedan seguirme e interesarse por alguna de las temáticas tratadas. Os agradezco vuestros comentarios pues así podremos compartir conocimientos y enriquecernos mutuamente lo cual redundará en un beneficio para todos los lectores.

©Joan Oliveras. Todos los derechos reservados.

1 respuesta »

  1. Buenas, muy buen reportaje
    Si te interesa el tema de la G.Civil, en la Noguera puedes hacer una ruta muy interesante por varias trincheras. En breve vamos a explicarlas un poco en FuetiMate.
    Saludos

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