Barcelona

Amarillo y negro: llamativos colores para los taxis de Barcelona

Aprovechando la reciente desconvocatoria de huelga de los taxistas de Barcelona, hoy nos vamos a pasear por el centro de la Ciudad Condal para conocer los motivos que llevaron a vestir con esos llamativos colores a sus taxis. Son colores que ya forman parte del paisaje urbano propio de esta ciudad y de su área metropolitana.

Los primeros coches allá por el siglo XIX que daban servicio a la ciudadanía iban tirados por caballos. Por un aumento demográfico y la necesidad de expansión, en esa época tuvo lugar la demolición de sus murallas dándose unas inmejorables condiciones para realizar una gran expansión urbanística con la creación del famoso Ensanche ideado por Ildefonso Cerdà y la anexión de pequeños pueblos vecinos que pasarían a formar parte integrante de la superficie de la gran ciudad que es Barcelona.

En paralelo a esto se crearon y ampliaron las vías urbanas para proporcionar un mejor servicio a la ciudadanía. Y también, fruto de esta circunstancia el Ayuntamiento promulgó en 1864 un reglamento para regular el tráfico rodado.

A principios de los años 20 del siglo pasado los vehiculos a motor ya comenzaban a sustituir a los carruajes tirados por caballos. Bajo el avance de esta nueva tecnología el consistorio volvía a realizar en 1924 un nuevo reglamento mediante el que regulaba el funcionamiento de los taxistas. Entre otras medidas se instalaron taxímetros en los vehículos o, en su defecto, se pintaron los vehículos con una banda horizontal instalada bajo las ventanas de tal forma que según el color de ésta, se aplicaban unas tarifas convenidas.

El cromatismo de las bandas era el siguiente, ordenado de la más barata a la más cara, desde el blanco (40 céntimos), el rojo (50 céntimos), el amarillo (60 céntimos) hasta llegar al azul (80 céntimos). Todos los importes eran reflejados por kilómetro realizado.

Hubo un cierto orden en el tiempo pero con la celebración de la Exposición Universal de 1929 el tráfico adquirió dimensiones importantes derivando en una fuerte y conflictiva competencia entre empresas de taxistas y autónomos. Con tal de erradicar esos problemas el ayuntamiento estableció en 1934 una única tarifa a aplicar por todos los taxistas. Y para eso tomaron por defecto la tarifa intermedia de las ya existentes, que se correspondía con el color amarillo.

Con el paso del tiempo la banda horizontal se transformó en el pintado de puertas y portones traseros actuales.

El color negro que era determinante del fondo no se transformó pues ya era proporcionado por defecto por el propio fabricante al pintar de origen todos los coches con el mismo color oscuro.

Desde estas líneas os animamos a que lo descubráis. Esperamos que lo disfrutéis, al menos, tanto como nosotros.

Nos vemos en un próximo rincón. Un saludo desde estas líneas.

Nota: Todas las fotos que ilustran este reportaje fueron realizadas por mí en noviembre de 2017.

PD.: Como blog viajero y, en cierto modo también comunicativo, me limito a realizar una labor divulgativa y desinteresada de aquellos aspectos que me parecen atractivos en este mundo que me rodea. A través de los artículos publicados, en donde expreso mis inquietudes y reflexiones, pretendo aportar una experiencia que pueda ser válida para quienes puedan seguirme e interesarse por alguna de las temáticas tratadas. Os agradezco vuestros comentarios pues así podremos compartir conocimientos y enriquecernos mutuamente lo cual redundará en un beneficio para todos los lectores.

©Joan Oliveras. Todos los derechos reservados.

 

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