Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino fue una colonia romana situada sobre el monte Táber y fundada allá por el siglo I a.C. La palabra Barcino fue adaptada de un poblado íbero, llamado Barkeno, que se encontraba ya en esa zona a la llegada de los romanos (se han encontrado unos dracmas íberos del s. II a.C. con este nombre que parecen dar credibilidad a esta historia toponímica). A partir del siglo VII ese territorio urbano se denominó Barcelona, nombre que todavía perdura en la actualidad.

Hoy os mostramos un sentido homenaje en forma de poema visual hacia esta ciudad mediterránea realizada por Joan Brossa, por encargo del Ayuntamiento de Barcelona, e instalada en este espacio de la Plaça Nova en 1994.

El enclave donde se ubica es muy acertado, pues se encuentra junto a la antigua Porta Praetoria, uno de los principales accesos a la ciudad romana donde todavía se pueden apreciar los restos de la antigua muralla y, también, la reconstrucción de un arco de uno de los acueductos que suministraban agua a la ciudad.

La escultura es una conceptualización llena de creatividad que simboliza de una forma sencilla y didáctica lo que es esta urbe. Es un auténtico ideograma donde la imagen de las formas cobran vida e interés mostrando a un gran Joan Brossa en estado puro.

Este poema urbano está representado con siete figuras en forma de letras clavadas en el suelo que muestran la palabra BÀRCINO (Barcino en catalán). Su disposición en diagonal crea una perspectiva estupenda para ser contemplada desde diferentes ángulos y que es ampliamente aprovechada por los turistas para hacerse fotografías junto a ella. Sin embargo, sólo algunos de ellos se dan cuenta de la belleza de esta poesía visual en todo su contexto y esplendor.

Seis de estas letras son realizadas en bronce, mostrando gran firmeza y grandeza en su proyección. Sólo una letra es de aluminio y, curiosamente, es la más hermosa del conjunto bajo nuestra humilde mirada. ¿Adivináis cuál? Pues la N.

La letra B es mayúscula, como inicial de la palabra, que muestra gran potencia visual.

La letra À (con acento abierto) es una pirámide que estiliza este signo de forma plena con una guinda en forma de acento.

La letra R representa la rotundidad mediante una tipografía mecanográfica.

La letra C muestra una preciosa cara en forma de luna.

La letra I se muestra relevante en su forma de bajorrelieve.

La letra N asemeja a un velero y a modo de brújula señala el norte.

La letra O luce maravillosamente en forma de sol mayúsculo.

Desde estas líneas os animamos a que lo descubráis. Esperamos que lo disfrutéis, al menos, tanto como nosotros.

Nos vemos en un próximo rincón. Un saludo desde estas líneas.

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Nota: Todas las fotos que ilustran este reportaje fueron realizadas por mí en agosto de 2017.  

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