Automoción

Otroford

Los hermanos Vizcaya crearon la marca OTRO FORD.

Hoy vamos a conocer un poco más la breve historia de un automóvil transformado para realizar carreras automovilísticas. Su base era el Ford T, un vehículo del que Henry Ford inició su manufacturación en 1908 y que consiguió democratizar.

Al innovar su forma de producción con la introducción del uso de la cadena de montaje recortó los tiempos de fabricación y consiguió rebajar su precio de venta a una tercera parte del que le hubiera correspondido, lo que ayudó a popularizarlo entre la clase media trabajadora estadounidense.

En España este modelo comenzó a exportarse un año después. No fue hasta 1919 que se decidió instalar la primera factoría de esta marca en Cádiz para el ensamblaje de las diferentes piezas que conformaban el vehículo y que eran transportadas desde Estados Unidos. Pero, debido a la falta de mano de obra especializada, en 1923 se trasladó la producción de la factoría gaditana a unos almacenes de Barcelona.

Durante los años posteriores a la Primera Guerra Mundial y con los innumerables avances tecnológicos de la época se popularizaron, entre otros espectáculos, las carreras de vehículos a motor. Para lograr ser más competitivos se optó por realizar modificaciones de los modelos adquiridos de serie con el concurso de talleres y pequeñas factorías.

El resultado eran unos automóviles que se diferenciaban de su versión original con la consiguiente introducción en el mercado de nuevas marcas automovilísticas.

El OTRO FORD fue comercializado entre 1922 y 1924.

Movidos por ese afán competitivo, los hermanos Vizcaya, afincados en Caldes d’Estrac procedieron a realizar modificaciones en un taller de Mataró (ambos municipios cercanos a Barcelona) sobre los modelos Ford T adquiridos previamente para introducirlos en el mundo de las carreras.

Fruto de esta transformación nació la marca Otroford que los comercializó entre 1922 y 1924.

Las principales modificaciones con respecto al vehículo original consistían en un alargamiento del chasis, diversas variaciones en la carrocería y la sustitución de los radiadores originales por otros que aportaban mayor refrigeración.

Las dos imágenes corresponden al mismo vehículo resultando ser el único (del que tenemos constancia) que se ha conservado hasta nuestros días.

Nos vemos en un próximo rincón. Un saludo desde estas líneas.

Nota: Todas las fotos que ilustran este reportaje fueron realizadas por mí en diciembre de 2013.  

©Joan Oliveras. Todos los derechos reservados.

4 respuestas »

    • Es una parte un tanto olvidada de la historia del automovilismo nacional. Son vehículos que en su momento se mostraron sorprendentes y propiciaron nuevas formas de entender los inicios de la competición deportiva del fabuloso mundo del motor. Un saludo.

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