Andalucía

El alminar de San Juan

Hoy nos trasladamos a Córdoba, una bella ciudad andaluza que emana chorros de historia por sus cuatro costados. Fue fundada por los romanos en el año 169 a.C. sobre antiguos asentamientos íberos. Posteriormente en ella se establecieron los visigodos, los árabes (fue capital del Califato del mismo nombre) y los castellanos, dejando importante impronta todos ellos en todo lo largo y ancho de su territorio.

Situados en la actual Plaza de San Juan hoy os vamos a proponer la realización de un ejercicio de imaginación. Vamos a retroceder en el tiempo trasladándonos once siglos atrás en la historia, hasta principios del siglo X: Córdoba es la capital del al-Andalus, en plena época califal, una época próspera y esplendorosa dentro de la historia de esa región.

Para eso nos colocamos frente al alminar y cerramos los ojos.

En este ejercicio imaginativo observamos que junto al minarete se alza la mezquita menor que ofrece un lugar de oración a los habitantes de esta parte de la ciudad. Una mezquita construida de piedra con una arquitectura sobria en su exterior, donde sus puertas abiertas de par en par dan la bienvenida al creyente quien penetra en su interior penumbroso para proceder a realizar sus oraciones diarias. En su exterior se instalan varias fuentes para la ablución que posibilitan la purificación ritual mediante el agua de los creyentes. Frente a ella, y al otro lado de la estrecha calle se alzan hileras de casas de plantas bajas y, también, de una sola planta conformando lo que será el actual entramado vial del barrio. Son casas de piedra donde se recogen los moradores entorno a un patio interior por donde penetra la luz que ilumina las principales estancias de la casa facilitando los quehaceres diarios de sus habitantes. En los espacios abiertos de las callejuelas se instalan comerciantes en sus frágiles puestos construidos de madera donde venden toda clase de alimentos, ropas y utensilios domésticos. El zoco está un poco más allá en dirección a la aljama mayor y al río Guadalquivir, principal proveedor de agua a la medina. Diferentes acequias proveen de fresca agua los jardines repletos de palmeras y una interesante red de alcantarillado ayuda a sanear la ciudad. Las vistas de las que disfruta el muecín desde lo más alto del alminar a la hora de convocar a la oración a los fieles son impresionantes.

Abrimos los ojos y volvemos a la realidad. Han transcurrido 11 siglos. Altos y modernos edificios han sustituido las casas bajas que rodeaban la mezquita. Ésta ha sido sustituida por la actual iglesia del Colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús (denominada anteriormente como de San Juan de los Caballeros). La plaza de San Juan presta un servicio de distribución del tráfico rodado.

Pero no todo ha desaparecido.

¡Todo no!

El viejo minarete se alza todavía, por cierto bastante deteriorado, junto a la antigua iglesia que luce una espléndida portada neoclásica destacando en su frontón la hornacina con el busto del Corazón de Jesús.

De este viejo alminar nos sorprende que haya sobrevivido a los diferentes embistes de la historia durante 11 siglos en pleno centro de esta ciudad en donde su particular arquitectura resalta ante la modernidad que la rodea.

La torre fue construida a finales del siglo IX o a principios del siglo X, junto a la mezquita a la que servía y pasa por ser el único minarete que se conserva tal y como fue construido con su estructura original visible en esta bonita ciudad.

Hay otros minaretes de origen árabe conservados en Córdoba pero han sufrido tan importantes modificaciones que no permiten observar su arquitectura original de una forma tan clara y evocadora como éste. Estos otros son el de la propia mezquita-catedral de la ciudad, el de la iglesia de Santa Clara y el de la iglesia de San Lorenzo.

Cuando la ciudad fue conquistada a los musulmanes por las tropas del rey castellano Fernando III el Santo, allá por el 1236, el alminar y la mezquita adyacente fueron cedidos a la orden de San Juan de Jerusalén (también conocida como de San Juan de los Caballeros). En este espacio se construyó la iglesia del mismo nombre y se conservó el minarete para su uso como campanario del templo cristiano. La mezquita desapareció al aprovecharse sus materiales para las nuevas construcciones castellanas.

El alminar posee planta cuadrada cuyos lados miden 3,7 metros de lado. Su construcción en un solo cuerpo presenta los sillares en disposición alterna en forma de soga y tizón con arcos gemelos en forma de herradura dispuestos sobre columnas de mármol. Estos arcos presentan 3 dovelas siendo las laterales de ladrillo y la central de piedra.

Aunque tuvo un segundo cuerpo, coronado por una terraza de almenas, éste fue desmontado y sustituido por la cubierta a cuatro vertientes que actualmente podemos ver, que rompe plenamente toda la fisonomía de la estructura arquitectónica aunque la protege, en cierta medida, de las inclemencias climatológicas.

Aunque no es visible desde el exterior, en su interior hay una escalera circular con machón central.

También cabe destacar, por desgracia, el deficiente estado del alminar que clama de una urgente rehabilitación que sea capaz de devolverle todo su antiguo esplendor. Una red protectora ante potenciales caídas de escombros entorpece la vista de la estructura y le dan un aspecto, si cabe, aún más pésimo del real.

Desde estas líneas os animamos a que lo descubráis. Esperamos que lo disfrutéis, al menos, tanto como nosotros.

Nos vemos en un próximo rincón. Un saludo desde estas líneas.

Localización:

Nota: Todas las fotos que ilustran este reportaje fueron realizadas por mí en octubre de 2017.  

©Joan Oliveras. Todos los derechos reservados.

4 respuestas »

    • Gracias a ti, Junior, por tus palabras. Sólo intento mostrar rincones con encanto para poderlos disfrutar y enmarcarlos en esa historia que, en cierto modo, nos une a todos. Ojalá pudieras algún día cruzar el «charco» para recorrer estas tierras. Lo mismo me pasa a mi, pero a la inversa. Un fuerte abrazo.

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  1. Una delicia de entrada, me ha encantado sobre todo la primera parte en la que nos transportas a la Al-Andalus medieval… ha sido un pequeño pero gratificante viaje con la imaginación!
    Gracias por compartir, un saludo!

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