... LA BARCELONA DEL RAVAL

El Gato de Botero

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Allí está, al aire libre, tan bien plantada en la parte baja de la Rambla del Raval. Con sus tiesos bigotes y su larga cola, con sus dos orejas puntiagudas sobre su oronda figura, con sus enormes ojos dominando cuanto acontece en tan interesante avenida, esta escultura, realizada en bronce, enamora tan sólo con verla. Y ya no digo si se observa: entonces, encandila.

Con su desproporcionada figura, sello personal del autor, llama su atención a cuanto vecino, paseante o viajero asoma por la rambla. Y es que esta figura está allí porque en algún lugar tenía que estar. En mi pensamiento esta circunstancia duele al percibirla. Cómo tan digno elemento ha podido tener tantos emplazamientos distintos en tan poco tiempo es algo inconcebible.

El ayuntamiento de la Ciudad Condal la adquirió en 1987, en un momento álgido económicamente hablando, en que los esfuerzos de la urbe estaban dispuestos en la realización de los juegos olímpicos. Una ciudad que se engalanó y se reinventó para ese acontecimiento mundial que fue todo un éxito.

El felino comenzó su singladura en esta ciudad en el Parque de la Ciudadela, junto al parque zoológico, continuó su trasiego trasladándose al Estadio Olímpico, y después detrás de las Atarazanas (en la Plaza Blanquerna ubicada junto a los Jardines del Baluarte). Y desde 2003 forma parte, como un vecino más, de este barrio del Raval. Pero esta vez ya no lleva la peana que llevara en otro tiempo: se encuentra dispuesto directamente sobre el suelo.

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Con esa volumetría y esa gracia que desprende se ha vuelto tan cariñoso que se ha convertido en icono y símbolo de este barrio. Además, se aprecia en la imagen superior una tierna robustez en la figura.

A destacar en él dos detalles: el cascabel y sus atributos masculinos (estos últimos no aparecen en ninguna de las dos fotografías que figuran en este artículo).

Fernando Botero, ese gran escultor colombiano, destaca en su trabajo por las figuras grandes y desproporcionadas que encandilan al observador. En Barcelona también podemos contemplar otra escultura de este autor que es El caballo ubicado en la Terminal T2B del Aeropuerto de Barcelona-El Prat.

Desde estas líneas os animamos a que lo descubráis. Esperamos que lo disfrutéis, al menos, tanto como nosotros.

Nos vemos en un próximo rincón. Un saludo desde estas líneas.

Localización:

Nota: Todas las fotos que ilustran este reportaje fueron realizadas por mí en febrero de 2016.  

©Joan Oliveras. Todos los derechos reservados.

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