Después de un largo paréntesis sin publicaciones en el blog (debido a circunstancias personales), hoy vuelvo a incorporarme en él para retomarlo con muchas ganas e ilusión. De esta forma continuaremos descubriendo lugares y escenarios llenos de encanto.

Y para empezar os acerco esta imagen en blanco y negro (publicada también en mi cuenta de Instagram). Está tomada en la madrileña Plaza Mayor, frente al edificio de la Real Casa de la Panadería. En este lugar repleto de gente es habitual encontrarnos con este tipo de escena.

Los «selfies» (antiguamente llamados autorretratos) se han convertido en toda una nueva modalidad de imágenes gracias al extensivo uso del teléfono móvil como plataforma para lanzar imágenes por las redes sociales y a ese artilugio alargado que lo soporta denominado «palo-selfie» que es toda una innovación en el mundillo de los gadgets asociados a esta «nueva» fotografía. Uno llega a preguntarse cómo un invento tan simple puede llegar a tener tanta repercusión en la realización de las fotografías hasta el punto de convertirse en indispensable para el viajero que se desplaza ligero de equipaje.

Gracias a estas imágenes propias (que también cautivan y resaltan nuestro ego) damos cuenta a nuestros seguidores del lugar en el que nos encontramos en el mismo momento de hacer «clic» en la cámara o teléfono, inmortalizando de esta forma el momento y llenando de envidia (siempre sana!!!) a quienes nos siguen en nuestras peripecias por el mundo.

En la imagen el caballero que se encuentra de espaldas, con las manos agarrando un teléfono, parece observar con interés el modo de proceder en la realización del autorretrato. Pero él no lleva el palo!!!

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