BODEGÓN

Las cinco en punto

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Desde siempre el tiempo se ha asociado a los viajes. Aunque antiguamente los viajeros y comerciantes acostumbraban a guiarse en sus travesías por la posición del Sol o de las estrellas, también pudieron llegar a determinar con cierta exactitud la hora del día que era a través de extraños cálculos realizados con variopintos instrumentos inventados para la ocasión. Estos artilugios, con los años desembocaron en el invento del reloj. Aunque inicialmente eran auténticos armatostes, con el tiempo llegaron a ser portables, más o menos como los conocemos actualmente.

La necesidad por conocer la hora del día se ha convertido en hábito cultural de la modernidad. Gracias a ese invento que nos informa de las horas se genera un particular estrés que afecta a los individuos que formamos parte de esta sociedad. Un estrés que nos hace “correr” más de la cuenta en determinadas circunstancias y que puede llegar a exteriorizar estados de ánimo y de emoción no habituales en nuestro modo de actuar.

Aunque actualmente ya no se acostumbran a ver en el uso diario, los relojes de bolsillo siguen indicando una elegancia en la forma de vestir y de observar el mundo por parte de sus portadores. Tuvieron tanta trascendencia que hasta determinados pantalones acogieron un pequeño bolsillo en su parte delantera para albergarlos, patrón de diseño que todavía podemos encontrar en los tejanos o en los llamados pantalones “de vestir” (los que nos ponemos en los días señalados o para trabajos en los que se requiere cierta uniformidad y elegancia).

Y es que este reloj con tapa y cadena posee un poder especial: es capaz de obrar como analgésico de ese estrés. Saquémoslos a relucir por el mundo y seguro que nuestra sintonía emocional se tornará agradable y beneficiará a nuestra salud y a cuantos nos rodean. Y si tenemos dudas de ello hagamos, pues, la prueba y observemos los resultados.

© Joan Oliveras. Todos los derechos reservados.

2 respuestas »

    • Por desgracia, estos tipos de relojes son de aquellos complementos que quedan absolutamente olvidados por la entrada de las nuevas tecnologías y las nuevas tendencias. Desde estas líneas reivindico el uso de tan hermoso artilugio. Un abrazo.

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