Hoy nos vamos a realizar una excursión totalmente de ámbito rural donde a través de un bello paisaje natural observaremos unos espectaculares abrigos rocosos. Para ello visitamos el Puig de la Balma ubicado muy cerca del pueblo de Mura.

Esta travesía es un itinerario circular y muy fácil de realizar pues aunque hay algún tramo con pendiente, la variación de altitud no es importante. Partiremos del hermoso pueblo de Mura, en pleno Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac, un espacio único ubicado en la provincia de Barcelona. Recorreremos una distancia de aproximadamente 3.800 metros con una altitud que varía entre los 450 y los 520 metros. Es un recorrido estupendo para realizarlo en familia, con niños e incluso con perros.

Para facilitar el seguimiento de la ruta os adjuntamos un plano del recorrido que realizamos y que se ha obtenido de una guía de rutas editada por la Diputació de Barcelona:

Este pueblo de gran tradición agrícola quedó muy “tocado” por la plaga de la filoxera que afectó a toda esta zona en el siglo XIX pues era uno de los cultivos fundamentales en el territorio. Prueba de ello son los restos de las propiedades agrícolas y de los lagares que aún quedan esparcidos por el entorno. Esta circunstancia ocasionó una pérdida importante de población en aquellos años. Ya en el siglo XX la economía del lugar subsistió con la elaboración del carbón vegetal, que tuvo su importancia hasta la llegada de la electricidad. Actualmente, y aunque hay mucha segunda residencia, es un territorio cuya economía se fundamenta en el sector turístico.

En el Centro de Interpretación ubicado en el pueblo nos pueden dar información sobre diversos itinerarios. Para realizar esta excursión conviene llevar un calzado cómodo e idóneo para andar por caminos pedregosos (unas botas de montaña o unas zapatillas deportivas irán bien). Además, conviene llevar algo de bebida para refrescarnos en el trayecto.

Todo el itinerario está bien señalizado y marcado con diversos hitos que nos indican por donde debemos movernos. Conforme vayamos realizando la travesía iremos cruzándonos con otros caminos y lugares de gran interés de la zona.

Nosotros partimos de la zona de pícnic de la riera de Nespres, situada a la entrada del pueblo viniendo desde la dirección de Rocafort (población situada al oeste de Mura). En el plano superior aparece con el nombre de Àrea d’Esplai. De hecho el vehículo lo hemos dejado en el aparcamiento de esta zona de esparcimiento.

Cruzamos el riachuelo para seguir el curso del mismo hacia la derecha por un camino. A la altura del molino (molí del Mig) el itinerario nos marca ascender por un sendero con suave pendiente. Este molino había estado funcionando hasta hace apenas 50 años. Actualmente es casa museo y se puede visitar aunque hay unos horarios fijados.

Ascendemos por el sendero y al final del mismo llegamos a una gran casa denominada La Vila construida a base de la anexión de diversas propiedades agrarias, las cuales entraron en declive por el paso de la filoxera por estas tierras.

Continuamos rodeando la casa por su lado occidental contemplando el paisaje. En un punto dado una bifurcación a mano derecha nos indica el lugar donde se encuentra nuestro destino: el Puig de la Balma.

Una “balma” es un abrigo rocoso producido en la vertiente lateral de una pared montañosa. En función de su magnitud puede acondicionarse como habitáculo humano (que es el caso que hoy vamos a descubrir) o como refugio para animales.

Pasamos junto a un cercado donde hay encerradas varias ovejas y nos encaminamos hacia la Balma, cuya figura ya aparece al fondo. Las vistas desde este punto son muy interesantes pues nos permiten apreciar todo el conjunto en su magnitud.

Y llegamos al Puig de la Balma. Esta es una de las construcciones mejor conservadas de todo este parque natural. La masía principal data del siglo XII. El lugar tiene servicio de restaurante que está abierto los fines de semana y días de fiesta con un menú compuesto por productos típicos de la zona. El comedor se encuentra ubicado en la antigua carbonera y la antigua sala de horno de pan. También dispone de servicio de residencia con varias habitaciones y una sala de estar ubicada bajo la roca esculpida. Además posee un museo etnológico dedicado a las tareas del campo propias de lugar con una extensa selección de herramientas y utensilios del campo.

Los aficionados al mundo del cine deben saber que este lugar fue escenario del rodaje de la película Pa negre (Pan negro), una cinta del año 2010 dirigida por Agustí Villaronga y basada en la novela homónima de Emili Teixidor. En ella se retrata la Cataluña rural de la posguerra a través de los ojos de un niño cuyo padre es acusado de un asesinato que no cometió. Este filme tuvo un gran éxito en los premios Goya de ese año.

A este lugar se puede llegar con vehículo propio a través de un desvío de la carretera que va de Mura a Rocafort.

Desde aquí se obtienen buenas vistas sobre el paisaje que se extiende delante nuestro.

Después de un breve descanso nos ponemos otra vez en marcha, deshaciendo el camino andado hasta pasar otra vez por el corral de las ovejas. En la bifurcación cogemos la dirección hacia la Creu de la Vila, un pequeño monumento levantado para la protección contra la peste que asoló Europa. Estas cruces eran habituales en los antiguos senderos para proteger al caminante.

Seguiremos por una carretera rural que se sumerge en un ascenso que nos llevará hasta un buen mirador desde donde podremos apreciar unas buenas vistas sobre el pueblo de Mura.

En el camino encontramos desvíos hacia la Cova de Mura, otra de las muchas excursiones que se pueden realizar por este territorio.

Finalmente, descendemos hasta llegar otra vez al pueblo.

Transitar a través de él es como volver a una época pasada donde sus casas y calles de piedra resisten invariablemente al paso del tiempo. Se respira esa atmósfera rural por la que nos dejamos evadir sin interferir oposición alguna.

Para alcanzar el lugar de partida y donde hemos aparcado el coche, tenemos que cruzar todo el pueblo y bordear el río.

Ya en el lugar de inicio y de finalización del recorrido tenemos un merecido premio en forma de bocadillo que nos zampamos en un santiamén en el área de pícnic, mientras rememoramos esta atractiva excursión.

Es un trayecto recomendable para realizar en familia. Algunos de los tramos por los que discurre el itinerario se encuentran empedrados debido a que eran antiguos caminos para el tránsito de personas y animales de carga, caminos que a través de la montaña ponían en comunicación los diferentes núcleos urbanos de la zona.

Desde estas líneas os animamos a que lo descubráis. Esperamos que lo disfrutéis, al menos, tanto como nosotros. Ya nos contaréis.

Nos vemos en un próximo rincón. Un saludo desde estas líneas.

Localización:

Nota: Todas las fotos que ilustran este reportaje fueron realizadas por mí en enero de 2016, salvo que se indique lo contrario.  

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