... La Barcelona de la Barceloneta y su frente marítimo

L’estel ferit (el lucero herido)

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Hoy nos vamos a desplazar hasta el Paseo Marítimo del barrio de la Barceloneta, en Barcelona para fijarnos en una obra de arte que domina la playa del barrio y que se ha convertido en punto de encuentro y modelo de arte urbano para esta ciudad. Para ello nos acercamos a ver l’Estel ferit.

Esta obra, de la alemana Rebecca Horn, forma parte de la serie de esculturas que se colocaron como parte de un museo al aire libre para las olimpiadas de Barcelona de 1992. Esos Juegos Olímpicos supusieron una transformación de muchos barrios de esta ciudad. Hubo un lavado de cara general, y más en profundidad en la Barceloneta, un barrio que supo mirar al mar de un modo totalmente diferente al acostumbrado hasta ese momento.

A esta obra se la conoce popularmente como “los cubos” al estar constituida por cubos no encajados de acero colocados unos encima de los otros. Sobresale por su verticalidad y disposición de las figuras geométricas, una disposición que se muestra frágil e inestable. Nos trae al recuerdo aquellos viejos juegos de madera que consistían en ver quién era capaz de levantar altas torres con piezas evitando que éstas cayeran al suelo.

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La obra, de unos 10 metros de altura, está formada por cuatro bloques de acero que se levantan sobre un pedestal de hormigón. Cada uno de los bloques se encuentra rodeado en dos de sus caras por ventanas de vidrio, articulándose cada uno de ellos como figura independiente dentro del mismo conjunto artístico.

Es una obra que es todo un derroche de orgullo para la Barceloneta de antes de la olimpiada, ese barrio de pescadores donde emergían en esta misma playa chiringuitos en los que pasaban las jornadas los vecinos y marineros del barrio.

La escultora revela ese carácter del barrio, volcado hacia el mar. Estos cubos vienen a simbolizar aquellos chiringuitos de madera, recordando esos restaurantes tan familiares de aquellos tiempos no tan lejanos, con unas dimensiones que se muestran reveladoras de la realidad de las viviendas del barrio: cubículos de apenas 30 m2 se mostraban como esencia del barrio. Y esta figura ya forma parte icónica de la mirada fotográfica del barrio.

Aquí, el arte se nos muestra como un perfecto homenaje a la transformación urbana. Y ese simbolismo marinero también se refleja de noche al iluminar como un faro esa playa tan fantástica. En su interior se pueden ver en la oscuridad luces que surgen como rayos luminosos que parten de un árbol y que reflejan ese cometa herido, como caído del cielo, desencajado y descalabrado por el impacto (simulado) con la arena de la playa.

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En definitiva, es una obra fascinante e innovadora con una fuerza visual que impacta en nuestros sentidos. Y allí se muestra, a media distancia entre el hotel W Barcelona y el Puerto Olímpico en lo que ya se ha convertido en un icono y referente dentro de skyline del Paseo Marítimo de Barcelona.

Desde estas líneas os animamos a que lo descubráis. Esperamos que lo disfrutéis, al menos, tanto como nosotros. Ya nos contaréis.

Nos vemos en un próximo rincón. Un saludo desde estas líneas.

Localización:

Nota: Todas las fotos que ilustran este reportaje fueron realizadas por mí en diciembre de 2015.  

©Joan Oliveras. Todos los derechos reservados.

6 respuestas »

  1. Toda apreciación es buena. A mi me gustan las playas desiertas pero de éstas es complicado encontrarlas. En contraposición, estas playas de la ciudad de Barcelona están plagadas de esculturas que le dan cariz y carácter, no tanto a la playa, sino más bien al paseo marítimo. Esto ayuda al paseante a hacer el paseo más atractivo y distraído. Un saludo.

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