Hoy nos vamos a descubrir un molino de viento que se encuentra perfectamente integrado dentro del paisaje urbano de París. Aunque se encuentra ubicado en Montmartre, lugar de gran trasiego turístico, suele pasar desapercibido al turista habitual. Hoy visitamos el Moulin de la Galette.

Históricamente toda esta zona tenía un pasado rural (de hecho los famosos viñedos de Montmartre se encuentran muy cerca de este lugar) y la necesidad de molinos de viento era tan importante que en esta zona se situaban unos 30 de los que sólo han sobrevivido dos a la urbanización del terreno: Al conjunto de ambos se le llama Moulin de la Galette y está formado por los antiguos Moulin Radet (el que observamos en las imágenes) y el Moulin Blute-fin, ubicado muy cerca (a tan solo unos 100 metros de distancia).

El complejo del molino de la Galette es del siglo XVII y lleva el nombre de Galette por la fabricación en él de una torta (galette en francés) que era un pan elaborado con centeno. Con la compra de la torta también se daba un vaso de leche.  El lugar se puso de moda entre pintores, músicos y artistas en un momento álgido de la cultura francesa y sus privilegiadas vistas sobre París y sus jardines sirvieron de lugar donde organizar interesantes fiestas.

En el siglo XIX sus famosos merenderos hacían el lugar muy atractivo para el París postrevolucionario. Tanto es así que en 1876 Renoir lo representó en el cuadro titulado “Le Bal du Moulin de la Galette” que actualmente se expone en el museo de Orsay. El cuadro representa un baile a los pies del molino donde se ve a la población parisina disfrutar de una fiesta.

Su construcción en madera perdura a través del tiempo y presenta una bella estampa que destaca en la esquina en que se ubica junto a las modernas construcciones de viviendas que hay en el lugar. Unos arbustos y árboles junto a él dificultan la vista del mismo aunque se puede conseguir algún buen ángulo lateral para visualizarlo.

Cuando dejó de funcionar como molino pasó a tener usos tan diversos como sala de baile y de fiestas, sala de cine e, incluso, de oficina de la televisión francesa. Actualmente en su interior se ubica un restaurante.

Esperamos que lo disfrutéis, al menos, tanto como nosotros.

Nos vemos en un próximo rincón. Un saludo desde estas líneas.

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