Hoy nos vamos a descubrir un lugar donde la pasión se ensalza a través de las palabras, un lugar donde decir “te quiero” se convierte en universal. Se trata del muro de los «Te quiero» (le mur des je t’aime).
Situado al lado de la plaza de Abbeses, en el barrio de Montmartre de París, unos jardines de libre acceso junto a esta bella plaza esconden uno de los muros más singulares y atractivos de la ciudad. Esta forma de arte contemporáneo urbano se ha convertido en un referente del amor en una ciudad ya conocida precisamente por ser la ciudad del amor (y de la luz).
El mural tiene un área de 40 m2 (con unas dimensiones de 10 x 4 metros) donde se disponen 612 baldosas de lava esmaltada sobre cuya superficie resplandeciente se encuentran grabadas 311 veces la expresión “te quiero” escrita en más de 250 idiomas: una auténtica Torre de Babel del amor.
El proyecto fue realizado por diferentes artistas: el muro fue construido por Daniel Boulogne, las frases fueron recogidas por Frédéric Baron y Claire Kito las distribuyó y dibujó.
Allí posicionados enfrente del muro y escuchando el bello canto de los mirlos, que saltan de copa en copa de los árboles del recinto, se establece una particular reciprocidad de sentimientos entre nosotros y el muro. Observando y buscando la frase en el idioma propio, lo divertido, y a la vez atractivo, se encuentra en cómo una muestra afectiva tan universal es capaz de plasmarse de tantas formas diferentes.
Mientras estábamos observando el muro apareció un grupo de turistas (obviaremos su país de origen), que con sus cámaras y móviles en las manos empezaron a fotografiar y a hacerse innumerables selfings, en lo que se convierte en una imagen repetida cientos y seguro que miles de veces a lo largo del día. Es obvio que esto mismo sucede con cualquier grupo de turistas que aparezca por el lugar. Nos damos cuenta de la acaparación del espacio por estas hordas turísticas con tanto afán protagonista. Y, claro, nosotros no pudimos resistirnos a contemplar el desarrollo de toda su visita en el lugar, sentados en un banco. Fue curiosa.
Cuando se fueron, nos quedamos un rato solos (pocos minutos) contemplando el interesante muro. La calma y el sosiego nos envolvió de una forma tal que aquellos breves minutos parecieron horas (es un decir, claro). De pronto, aparecieron un grupo de escolares que realizaban una actividad de campo en aquel lugar. Tenían que descubrir entre las expresiones escritas las propias de cinco idiomas: el francés, el inglés, el alemán, el castellano y el italiano.
Verles correr de aquí para allá buscando las palabras fue divertido, y verles saltar de alegría al encontrarlas en este mar de texto aún daba más crédito a la realidad de lo escrito en el mural. La palabra amor entraña alegría y ésta era la que los niños prodigaban con sus movimientos, saltos y expresiones.
Normalmente un muro se entiende como una frontera que divide dos zonas, rompiendo un orden establecido. Esta obra nace con la idea contraria. Con la unión de los pueblos y las personas a través del lenguaje para brindar de orden una sola idea expresada en cientos de idiomas. El “Yo te quiero” es un canto a la libertad y al respeto entre personas y culturas.
Pero no todo es bienestar y buen sentimiento en el mural. También hay lugar para la reflexión. Las manchas de color rojo salpicadas aquí y allí a lo largo de la superficie del mural son partes de un corazón roto que muestra la desunión entre los pueblos y las culturas, desunión que, por desgracia, tan enraizada se encuentra en nuestras sociedades. El objetivo de los autores es transmitirnos esa dicotomía existente entre el bien y el mal canalizada a través de los sentimientos, y cómo a través de los mismos podemos superar la barrera de la distancia y convivir en unión con nuestros propios congéneres.
También cobra especial relevancia en el mural la figura de Gilda (la protagonista femenina de la película de Charles Vidor del mismo nombre y protagonizada por una gran Rita Hayword con un no menos grande Glenn Ford), que se encuentra sobre el mismo y que efectúa un juego de palabras que es “aimer c’est du désordre… alors aimons!” cuyo significado vendría a expresar un cierto gusto por el desorden que, a su vez, gusta. Toda una declaración de intenciones.
Esperamos que lo disfrutéis, al menos, tanto como nosotros.
Nos vemos en un próximo rincón. Un saludo desde estas líneas.
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Que bonito, me he imaginado a los niños corriendo de un lado a otro buscando esas palabras. Con esos detalles te das cuenta de que los adultos a veces se pierden en el saber estar, y no disfrutan de los detalles. Tendré que volver a París, me encantaría recorrer el muro como ellos, será divertido! Un saludo
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Llevas razón. Cuando ves esas caras de felicidad yendo y viniendo a lo largo del muro, te das cuenta de la magia emocional que ocasiona esas palabras de amor. Ojalá vuelvas a esa ciudad y disfrutes de ese lugar y de esos niños. Ya me contarás. Un saludo.
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Y disfrutaré como una niña! Un saludo para ti tmb😉
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